China adelantará a estados unidos como principal país contaminante. Y es que tanto si se gana o se pierde la batalla contra el cambio climático esta se producirá en China. Y es que el aumento anual de emisiones de efecto invernadero en china es mayor que el del resto de los países juntos.
Esto significa que los esfuerzos de países europeos como Alemania o España, de California y de otras partes del mundo más concienciadas con la eficiencia energética y la generación por renovables, son en vano si no se mete al gigante asiático en vereda.
Está claro que hasta ahora los que hemos contaminado hemos sido nosotros pero los países emergentes tienen la llave de poder contener el problema o acabar desatando la catástrofe. ¿Tenemos derecho a exigirles que no contaminen? Yo diría que no. Lo que podemos hacer es motivarles hacia una vida respetuosa con el medio ambiente y que aporveche las energías renovables. Pero claro, sólo nos importa venderles BMWs y comprar camisetas (pongan aquí lo que quieran) baratas.
Ellos lo saben. Saben que su crecimiento económico es excesivo, no se puede controlar. Parece un tren fuera de control que no para de acelerar y encima su caldera (sus industrias) no se renueva y cada día es más ineficiente. Por desgracia no he estado nunca en china pero he oído a amigos míos hablar sobre de tornos accionados por motores de lavadora, de tolerancias en piezas del 50%, esto es, tienen que fabricar 2000 para poder servir 1000. Y es que así el tren va a descarrilar y nos pillará a todos.
Sin embargo desde los gobiernos locales, como es lógico en el pensamiento humano, sólo miran el crecimiento de su zona año a año y no la eficiencia. Beijing, por su parte, intenta paliar esto evaluando a los gobiernos locales también por los logros medioambientales.
Pero el tira y afloja continua. China nos echa la culpa a nosotros. Dice que nuestras emisiones per-capita son muchísimo mayores que las suyas, y claro, si china no pone el freno EEUU no firma Kioto. Y si EEUU no firma china pide que le subvencionen la eficiencia energética...
Para terminar me gustaría volver a repetir lo que he dicho antes. No se consigue nada imponiendo las cosas, sólo motivando. Motivar a China no parece fácil, pero una manera directa ,me parece, es convencerles de que el esfuerzo de evitar las emisiones de CO2 puede salirles más rentable y saludable que el no hacerlo.
Salu2.
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