El mundo del energy harvesting me apasiona, y le auguro un futuro prometedor. Tan prometedor como no tener que volver a cambiar una pila o regargar una batería conscientemente, con el innegable beneficio medioambiental que esto aporta.
Esta vez el principio utilizado es el Seebeck, que también ha sido tratado en este blog. Los investigadores se están centrado en crear ropa que genere energía. Estos chicos del MIT aseguran que son capaces de producir 100 micro-vatios por cada uno o dos grados de diferencia de temperatura entre el cuerpo humano y el aire.
Un sistema como este puede alimentar un sistema de cardio-monitorización durante todo el día, mediante un dispositivo que se ajusta a la piel en el brazo o en la pierna y que extrae la energía de la diferencia de temperatura entre la piel y el aire. Obviamente, esta tecnología tiene innumerables aplicaciones industriales también.
El reto para que tenga aplicaciones sanitarias es miniaturizar el sistema para que la célula seebeck y el disipador acoplado a esta no incomode al paciente.
Vía: MIT
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